miércoles, 16 de abril de 2008

Lecciones de historia patria: Historia de bronce


Cabe recordar algunos comentarios de Luis Gónzalez sobre la historia de bronce, la cual, entre otras cosas, se ocupa de "hombres de estatura extraordinaria (gobernantes, santos, sabios y caudillos)" y presenta los hechos "desligados de sus causas como simples monumentos dignos de imitación":

"Una gran dosis de estatuaria podía hacer del peor de los niños un niño héroe como los que murieron en Chapultepece 'bajo las balas del invasor'." (p. 65)


"Todos nuestros pedagogos creen a pie juntillas que los hombres de otras épocas dejaron gloriosos ejemplos que emular, que la recordación de su buena conducta es el medio más poderoso para la reforma de las costumbres, que como ciudadanos debemos nutrirnos de la sangre más noble de todos los tiempos, que las hazañas de Quiroga, de Hidalgo, de Juárez, de los héroes de la Revolución, bien contadas por los historiadores, harán de cada criatura un apóstol, un niño héroe o un ciudadano merecedor de la medalla Belisario Domínguez." (p. 66)

"En nuestros días la recomiendan con igual entusiasmo los profesionales del patriotismo y de las buenas costumbres. Es la historia preferida de los gobiernos." (p. 67)

Luis González cita a Paul Valery, para quien la historia de bronce:
"hace soñar, embriaga a los pueblos, engendra en ellos la falsa memoria, exagera sus reflejos, mantiene viejas llagas, los atormenta en el reposos, los conduce al delirio de grandeza o al de persecución y vuelve a las naciones amargas, soberbias insoportables y vanas." (p. 66)

(Citas tomadas de Historia, ¿para qué?, Siglo XXI, México, 1980)

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